Para empezar el nuevo año os presentamos un post con 2 deseos de año nuevo relacionados con los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y con los corticoides inhalados.
El año que se acaba ha seguido ofreciéndonos noticias sobre problemas relacionados con el excesivo consumo de los IBP. A los ya consabidos efectos adversos sobre las fracturas o la hipomagnesemia que ya comentamos hace algunos años en este mismo blog, tenemos que añadir nuevos problemas relacionados esta vez con la demencia.
A principios de año se publicó un nuevo estudio de cohortes en el cual se observaba un riesgo de demencia superior en los pacientes de 75 años que toman IBP de forma habitual tal y como expresan en el editorial que acompaña el artículo, a pesar de que se trata de un estudio epidemiológico, realizado a partir de una base de datos y que puede estar sujeto a factores de confusión u otras limitaciones, existen varios factores que favorecen la plausibilidad de esta hipótesis: los IBP pueden cruzar la barrera hematoencefálica e influir en la producción de beta-amiloide o pueden reducir los niveles de vitamina B12 y otros nutrientes que se relacionan con un incremento del riesgo de demencia.
Todavía debe investigarse mucho sobre esta posible asociación pero parece que el abuso de los IBP ha propiciado la aparición de estos efectos adversos emergentes y otros que vendrán: ictus? RCV?, etc.
A pesar de todo esto, España lidera el consumo de antiulcerosos en la Unión Europea con 120,7 DHD (la media para el conjunto de los países europeos es de 71,4 DHD).
Como deseo de año nuevo, nos gustaría que se moderase la utilización de los IBP y que nuestro país dejara de ser líder en su consumo.
En segundo lugar, según informa el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2015, los medicamentos para el tratamiento del asma y EPOC son el subgrupo que mayor importe facturó en 2014, con 508,9 millones de euros.
Las asociaciones de corticoides y beta adrenérgicos de larga duración inhalados siguen siendo unos de los medicamentos más utilizados en el tratamiento de la EPOC aunque deberían reservarse únicamente en pacientes con EPOC moderado a grave y múltiples exacerbaciones.
La utilización de corticoides inhalados se ha relacionado también con el aumento de riesgo de neumonías sobre todo en pacientes que presentan otros factores de riesgo como tabaquismo, edad avanzada, índice de masa corporal
Durante 2016 se ha publicado el estudio FLAME que comparaba el tratamiento con la combinación indacaterol-glicoprirronio frente a salmeterol-fluticasona en pacientes EPOC y que hubieran presentado al menos 1 exacerbación durante el año anterior. La combinación con el anticolinérgico de larga duración fue más efectiva en la reducción de las exacerbaciones de cualquier grado de gravedad y no se observaron diferencias en los efectos adversos.
En el tratamiento de la EPOC debemos también recordar que no deben utilizarse los brocodilatadores de acción corta como tratamiento basal.
En medio de la vorágine causada por la aparición de nuevos dispositivos de inhalación, no debemos olvidar que la selección del principio activo debe preceder a la elección del mejor dispositivo para el paciente.
Como deseo de año nuevo, nos gustaría que se mejore la utilización de los corticoides inhalados en los pacientes EPOC :
- Eliminar la utilización de los corticoides inhalados en monoterapia.
- Reducir el uso de las combinaciones de corticoides inhalados con beta adrenérgicos de larga duración y limitarla a pacientes moderados-graves con exacerbaciones.
- Reducir el uso de corticoides sistémicos a largo plazo en el paciente EPOC estable.
Para conseguir estos deseos los Farmacéuticos de Atención Primaria podemos contribuir a la racionalización del consumo de estos medicamentos, proporcionando información de calidad a los prescriptores, colaborando en la revisión de los tratamientos inadecuados y educando a la población.
Entrada elaborada por Rosa Madridejos Mora. Farmacéutica de Atención Primaria.
El autor trabaja actualmente en el Servicio de Farmacia Mútua Terrassa. La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene porqué representar la posición de la organización en la que desarrolla su actividad profesional
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